Amputación cartílago colateral de la tercera falange por accidente en el caballo de coleo.
Nuevos casos que emocionan mi vida.
El Caballo Leonardito y su dueño el Coco.
En esta nueva etapa, en la que he te tenido que enfrentar un nuevo amanecer, luego de dejar 10 años en el Instituto Nacional de Hipódromos. La vida me presenta nuevos retos y me da la oportunidad de renacer de ente los escombros y darle la cara a un horizonte lleno de oportunidades.
Estaba yo ya cansado llegando a la casa de trabajar en la calle todo el día con los caballos, cuando a las 11 de la noche me llama un personaje hasta la fecha desconocido en mi vida al cual atiendo con el mayor de los cariños. El dice que su caballo acaba de tener un accidente muy grave y que un amigo de el que sabia de mi existencia le recomendó que me llamara porque había leído de mi y de mis historias en internet.
Me contó que su caballo trabajándolo en la puerta del coso, metió la pata en un pantanero y la pata se le quedó enganchada con el filo de la misma en el fondo del lodo y que tratando de sacarla se corto un tercio del casco, que no podía detener la hemorragia. Que por favor, fuera de inmediato, que el me pagaba lo que fuera, pero que le salvara su caballo que le había costado mucho dinero. Estaba muy retirado de mi casa en la costa oeste del estado Vargas en las montañas de Carayaca y yo no conocía esa zona, por lo que le recomendé vendar bien la pata y montarla en un camión para que lo movieran hasta mi casa. El muchacho por el otro lado de la línea me dijo que era imposible montarlo en el camión que la hemorragia era muy fuerte. Insistí que lo vendaran que yo al día siguiente iba a verlo sin falta en la mañana.
Me desperté temprano y agarré esa carretera vía Catia la Mar, y vi su nueva plaza bolívar, los elevados que colocaron para despejar el tráfico de la zona. Y por esa vía de la costa oeste al borde del mar casi que uno lo puede tocar, y la vista se pierde del lado derecho con ese mar tan inmenso vía arrecife, luego de pasar esa inmensa estructura de metal con sus chimeneas. Tacoa ese triste evento con el que reconocemos el esfuerzo invalorable del trabajo de los bomberos que dieron sus vidas. Todavía es difícil pasar por allí y recordar ese evento que enluto a todo el país. Luego de repente la montaña de la cordillera de la costa que me acompaña en el camino del lado derecho deja de ser una barrera. Comienzo a subir por la montaña por una carretera serpenteante, y el mar se comienza a ver desde arriba impresionantemente bello con sus distintos tonos de azul
mientras subo, la vegetación cambia con cada metro por la altitud en que el ambiente cambia de temperatura. Y luego de un buen trayecto ya los barcos se ven chiquitos y la chimeneas de Tacoa botando ese humo por la combustión del petróleo que ayuda a mover sus turbinas para dar energía eléctrica a la Gran Caracas. Y de repente aparece la manga de coleo de Carayaca del lado derecho frente a una alcabala de la policía. Luego de seguir subiendo llego al lugar donde estaba el caballo. Casualidades de la vida la gente es familia de un buen amigo ya veterinario quien se encuentra viviendo en España, Francisco Parra y también se gana la vida al herrar caballos en esas tierras europeas, ´pero siempre añorando estar en su casa en esas montañas de Carayaca desde donde se ve el mar a lo lejos.
El caballo ya había detenido la hemorragia, al revisar la pata desde lejos veo la gravedad de la lesión. El muchacho me muestra el segmento que se cercenó con la lamina de hierro el caballo. Allí estaba una cuarta parte del casco con sus estructuras internas. Parte del cojinete plantar, la barra del talón el cartílago alar los condroligamentos del hueso navicular. De inmediato toque el caballo por la cabeza y comencé a orar, pidiéndole a Dios misericordia con el caballo y pidiéndole que me de la sabiduría para que con mi ciencia y mis manos poder curar esta situación. El caballo con la pata en el aire la agitaba adolorido, y le pedí a Jesucristo me diera el poder de la sanidad para poder resolver esta difícil situación. De repente, logre visualizar el tratamiento completo del caballo y lo pude ver en mi mente totalmente curado, me vi montado en el caballo como que si nada hubiese pasado. Le dije al dueño quien pensaba sacrificarlo dándole un tiro en la cabeza para que no sufriera, que yo se lo curaba!, ¡que yo se lo garantizaba como que me llamaba Carlos Federico Rodríguez Garantón! De inmediato hice una mezcla de azúcar y pomada magistral hasta alcanzar un consistencia de miel y la coloque en la herida la cual tape con una toallita sanitaria de mujer y envolví con una venda auto adhesiva todo el casco. En la suela coloque una pelota de anime pegada con Duct Tape o como le decimos aquí en el país tirro de plomo.
El caballo de inmediato apoyo la pata algo adolorido, pero la apoyo! De inmediato supe que iba por buen camino.
Como por arte de magia en 2 días ya se comenzaba a formar el tejido de granulación estimulado por la acción del azúcar y la crema q mantenían el área libre de infecciones, la toalla sanitaria absorbía el liquido que destilaba la herida y la mantenía impecable, gracias a esto los vendajes se mantenían secos.
A los pocos días el caballo comenzó a caminar bien, pero en la misma medida agarro fuerza al perder el miedo y se hizo difícil la cura por indocilidad, a o que tuve que sedar con xilacina y no se dejaba curar, así que decidí dormirlo con ketamina. Apenas lo inyecté el caballo se medio mareo pero nunca se anestesió. No quiso responder al fármaco. A lo que lo manié y a la fuerza y con mucha maña logre curarle la pata. Desde ese día hubo que hacerle trucos para curarlo. el casco fue queratinizando los tejidos inducido por la aplicación de pastillas de trimetropin sulfas trituradas en polvo para que actuara como secante y en un ambiente libre de infecciones.
A los 50 días exactamente del accidente que casi le cuesta la vida al caballo, en donde el dueño dentro de su desespero pensó en meterle un tiro al caballo, lo herré luego de diseñar una herradura terapéutica que diseñe en el momento, gracias a la sabiduría que me da Jehová y a la experiencia de 25 años de trabajo arduo herrando caballos desde que me gradué de medico veterinario en mi amada facultad de veterinaria de la UCV en Maracay.
Apenas terminé de remachar el último clavo y dejar un trabajo perfecto, agarre el caballo y me le monte sin ni siquiera caminarlo para ver como había quedado. Mi alegría fue de grado superlativo y le di gracias a mi dios desde los lomos del caballo, mientras veía el mar entre las montañas de esa linda población de Carayaca con su gente tan hermosa. Que Dios nos bendiga a todos, que su hijo Jesucristo siga siendo ejemplo de vida y que la Virgen del Carmen bendito nos cubra con su manto milagroso.
Este trabajo de lo dedico a todos aquellos que en un momento de desesperación algún día mataron sus caballos pensando que hacían lo mejor. No dejen que por ignorancia sigan sacrificando tanto caballo en las mangas por fracturas. Yo los ayudo a curarlos. Tengo un equipo formado en toda Venezuela con gente capacitada para ayudarlos.
No los maten. Amen y amen!
Autor Dr. Carls Federico Rodriguez Garanton. Medico Veterinario especialista en Equinos. Miembro del Salon de la Fama como Medico Veterinario en USA. Lousville Ky 1999.
Medico veterinario UCV- FCV especialista en equinos 26 anos de experiencia profesional. Especialista en podologia en equinos. Especialista en reproduccion, infertilidad, inseminacion artificial y tranasplante de embriones en equinos. Clínica y cirugía. Medicina preventiva y curativa.
Herrero certificado por la AFA en USA, Certified Journeyman Farrier by the BWFA. International Tester BWFA.
Cel 04143227648. carlosfrodriguezg@hotmail.com
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