Cirugía Exitosa en la Lengua en Equinos
por Administrator
Dr. Carlos Federico Rodríguez Garantón.
Medico Veterinario
Un día recibo la llamada de una señora que angustiada me contaba que la yegua de su hijo en los toros coleados de Guanare se le maltrató la lengua y quería que yo se la revisara cuanto antes pues era la yegua consentida de su hijo Héctor. Le digo que si la puede traer a Caracas porque para mi era imposible físicamente estar pendiente de la cura de esa lengua estando a tantos kilómetros de distancia.
Al día siguiente la yegua ya estaba en Caracas. De inmediato subo a Club de Campo localizado en la vía San Antonio de los Altos Los Teques en el estado Miranda. Desde la Guaira subo por la autopista y agarro los túneles de la planicie, una de las maravillas de ingeniería de nuestro país. Mí mama la Dra. Elsa Garantón Nicolai, estando yo de 4 años de edad participó en la expropiación de los terrenos donde ahora pasa semejante autopista; yo de niño iba a su oficina y esos recuerdos los tengo atesorados en mi memoria. Para pasar por esa vía para mi no es cualquier cosa. Luego tomar la carretera Panamericana significa para mí remontarme a la mejor época de mi vida, cuando iba todos los meses a colear a la manga de Los Teques con mi bello caballo rucio moro llamado Pulgarcito. Unos tiempos mágicos con ese camino tan bello lleno de verdor de montaña y sentir el cambio de temperatura de la brisa cada metro que subíamos por esa carretera, la neblina, las montañas mirandinas estarán en mi memoria hasta mi ultimo suspiro y mas allá. ¡Amen!.
Llego al la urbanización donde se encuentra "Club de Campo". Lugar de gente acaudalada que juega el deporte a caballo llamado el polo. Calculen ustedes que un solo jugador debe tener un promedio de 10 caballos para poder jugar. Hermosas instalaciones rodeadas de bellos y frondosos pinos que dan un toque celestial al escuchar el silbido del aire pasando por sus ramas. Y ver ese inmenso jardín de grama muy bien cortada que hacen pensar a uno que no estamos en Venezuela sino en un país nórdico con ese frío sabroso de montaña. Ese ambiente no es nuevo para mí. Allí trabaje muchos años herrando los caballos de gente rica y donde logré ganar buen dinero a costa de meterme uno que otro clavo en la mano o muslo mientras herraba sus patas. Es un mundo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir en el país. Este no es un deporte popularmente conocido ni practicado por los venezolanos.
Mientras camino por el pasillo central bajo un cielo azul que contrasta con el verdor que nos rodea y las cabezas de los caballos asomados en las ventanas de sus puestos, el olor inconfundible del ambiente ecuestre.
Eran las 4 de la tarde y sale a mi encuentro la señora Mima Monroy y su hijo Héctor, nos presentamos. Vamos a ver la yegua mientras ellos tratan de contarme lo que pasó y les digo que por favor no me cuenten nada. Ya eso lo viví en carne propia cuando hace ya mas de 30 años a mi yegua mora de pintica menuita, coleando yo sobre sus lomos en un giro contra la baranda le metió la pata del freno contra la talanquera y se picó la mitad de la lengua con un maldito freno americano muy bueno de bocado entero marca Roy. Y allí siendo yo un joven de 16 años comencé a sufrir de ese martirio al ver mi yegua sangrando profusamente cada vez que le ponía el freno. Era muy desagradable verla mora bañada en sangre y la boca igualmente manchada de rojo, y ella cabeceando como una loca desesperada. Ese cuento yo me lo sabía todo ya lo había vivido en carne propia.
Le dije que no se preocupara que me vieran a la cara, que yo les garantizaba que se la curaba, que allí nadie iba a notar que nada pasó. Y les dije, ¡amen!. Y así mismito fue.
Entramos al puesto de la yegua y antes de que nada le dije a señora Mima Monrroy y a Héctor que pusiera sus manos sobre la yegua, y comencé a orar pidiéndole a Dios Jehová me diera sabiduría para curar con mis manos y la ciencia a esta yegua, a Jesucristo el poder de sanidad para curarla sin que nada pudiera detener su curación y a la Virgen del Carmen que nos cubriera con su manto milagroso y protector para que nada malo pasara durante la cirugía o después de esta. ¡Amen!.
Le abro la boca a la yegua, un tercio se había cortado y por su puesto que cada vez que le coleaban el sangrero por la hemorragia en la boca y siendo ella mora como lo era la mía se convertía en un espectáculo dantesco y repudiable. La sacamos del puesto, le coloqué un tranquilizante y de inmediato se relajó. Bajo sedación y un arcial en el belfo, le apliqué anestesia local en la lengua, y con el bisturí procedí a revivir los bordes de la herida como ya muchas veces he realizado en cantidades de caballos de Paso Fino Colombiano, que en su proceso de arrendamiento sufren muchas lesiones por templones mal dados en la rienda.
Operar una lengua no es tarea nada fácil de realizar, por su tejido muscular siempre en constante movimiento y jugando con la sutura contra los dientes y paladar, además de la con la constante salivación que lubrica la boca por estos cuerpos extraños.
Por otro lado su mucosa es un tejido muy débil y friable, fácil de romper al apretar la sutura para hacer el nudo. El material a suturar siempre debe ser nylon de pescar, cualquier otro material no sirve para nada. ¿Y como lo sé?, porque ya los he usado todos y no quiero que fracasen ni pierdan el tiempo. Lo único que persigo con mis escritos es que el caballo no sufra y por el otro lado que ustedes sean personas exitosas. ¡Amen!. La aguja preferiblemente atraumática. Es mas difícil de usar y hay que aplicar mayor fuerza para traspasar la masa muscular de la lengua pero no cortará sus bordes. Si no se dispone ante una emergencia de esa aguja o de ninguna otra se podría usar una aguja hipodérmica número 18 por una pulgada y media.
Se deben tomar puntos alejados al menos 4 centímetros del borde de la herida y traspasar la lengua de lado dorsal a lado ventral y luego de igual forma de al otro lado de la herida de nuevo 4 centímetros de borde a borde, desde el borde ventral al dorsal. Los nudos debes ser bien hechos y sin apretarlos mucho porque la lengua se inflamará debido al trauma de la cirugía y los tejidos los cortará la sutura. La velocidad de cicatrización del tejido de la lengua es muy rápido. Suturar los bordes inmediatos los termino con catgut. Por lo general el caballo solo como indique se las ingeniará con la saliva, dientes y movimiento constante de la lengua, o desatan el nudo o rasgan el tejido saturado de la mucosa, por lo cual a veces no lo hago. Todo depende de cómo lo sienta en el momento. Son cosas que no se pueden explicar, pero que están allí y uno mismo no sabe como son o como pasan.
El tratamiento post quirúrgico lo hago solo con agua y sal marina. Con agua potable tibia hago una mezcla con sal marina al ojo porciento. Un puño de sal en un vaso de agua y con una jeringa de 60 cc la meto en la boca sin agarrar la lengua solo aplico a chorro esta salmuera sobre la lengua colocando previamente un arcial en el belfo, al menos 3 veces al día. En 10 días la lengua debe estar pegada y los puntos no recomiendo quitarlos así se vea pegada, mucho menos montarla con un freno. Si debes montar por asuntos de entrenamiento usa solo un bozal y si es imprescindible otro método de manejo. Ejemplo las patas de un freno sin bocado. Aquí en Venezuela recibe el termino de joza, telmo o en ingles se le dice hackmore. Al menos un mes o mes y medio dependiendo del caballo y lo educado que sea por la boca. Si vas a colear, recuerda que llevas entre tus piernas un ejemplar mal herido que cada vez lo hales por las riendas si tiene la lengua rota va a sangrar de nuevo y se va abrir la herida y con eso la hemorragia de nuevo y el espectáculo tan desagradable para el jinete que será tildado de ser un animal como maneja el caballo.
Con la intención de que los caballos no sufran escribo esta técnica quirúrgica para que se puedan curar todos los caballos y yeguas lesionadas que andan coleando en las mangas de Venezuela y de igual manera los caballos de Paso Fino .
Que Dios Jehová el único Dios en que creo me de la sabiduría para curar con mis manos y mi ciencia a tanto caballo lesionado donde quiera que vaya, que Jesucristo su único hijo y mi redentor me de la humildad, para seguir enseñando todo lo que se y no esconder mis conocimientos. A la Virgen del Carmen que nos cubra con su manto milagroso. Amen y amen!
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